domingo, 8 de febrero de 2009

Puntos de vista

Mi primer novio fue el Aterrizador. Nos conocíamos de toda la vida, porque ibamos a la misma clase. Me dió la tabarra durante dos años y al final salí con él.

Mirandolo ahora desde lejos, veo que no fue una buena relación. Él no se portaba demasiado bien conmigo y además eramos muy jovencitos (todavía lo sigo siendo, JA!), así que hicimos un montón de cosas mal. Cada vez que discutíamos, él me dejaba. Yo me pasaba unos días hecha polvo y luego él me decía que quería volver conmigo y yo, tonta de mí, volvía. Acabé siendo muy dependiente de él y, lo cierto es que, lo mejor que me ha pasado nunca fue que esa relación terminara.

Cuando me dejó la última vez, fue por otra. Durante un mes, aproximadamente, todos los domingos me contaba que el día anterior por la noche había visto a una tía en un bar que le miraba mucho. Empezó siendo que le miraba, el domingo siguiente, habían hablado, al siguiente se habían dado el messenger y el teléfono... y al siguiente me dejó.

Yo sentí que me había dejado por otra, y es cierto, pero también es cierto que nuestra relación había terminado hacía tiempo. Ya no era lo mismo. Yo le quería, pero sabía que no quería pasar el resto de mi vida con él. También sabía que no me trataba bien, que él era demasiado importante para sí mismo como para poder querer a nadie de verdad.

Él se empeñó en que fueramos amigos. Yo le dije que ni hablar, primero fue porque me hacía demasiado daño, seguía enamorada de él, y luego fue porque sabía que él, como amigo, ya no me iba a aportar nada, no después de todo el daño que me había hecho.

Cuando empezó la historia con VanHallen, le reñí muchísimo por lo que estaba haciendo y le conté lo que me había hecho a mí el Aterrizador, porque fue bastante parecido. Y entonces pude verlo desde el otro lado, desde el lado de la persona que engaña y que deja. VanHallen lo pasó muy mal, aunque esto no le exime de culpa, por supuesto. Creo que el Aterrizador no lo pasó tan mal, pero bueno, fui capaz de ver que son cosas que pasan y que no podía seguir tan enfadada con él.

No sé, igual un día soy capaz de quedar con él para tomar algo. O igual no consigo que me apetezca nunca...

3 comentarios:

Ángel Caído dijo...

La verdad es que los ex, lo que más dan es pereza...

Kashit0 dijo...

Yo también lo ví desde los dos puntos de vista.
Nadie tiene la culpa de enamorarse de otra persona, así que a nadie se le puede echar en cara que pase.
Lo que pasa es que las cosas se pueden hacer bien o se pueden hacer mal. Y la mayoría lo hacemos mal. Y, sí, una vez has estado en el bando de los malos, los entiendes un poquito más...
Aunque no por eso dejó de doler.

Otro besote!

Mary Lovecraft dijo...

A veces y en estos casos, el termina decidiendo 'por una' es sencillamente el tiempo...

un beso preciosa!